Es imposible descubrir toda Menorca de una sentada, verás por qué.

Menorca es mágica, no sólo por sus playas paradisíacas, también por todo el contenido histórico y su patrimonio natural. 700 kilómetros cuadrados de isla que sorprende a cada milímetro. Una isla limitada en espacio pero de rincones con magia infinita. Un ejemplo de ello es el Cabo de Cavalleria en el norte del norte de Menorca. Un saliente de tierra hacia el mar en el norte. Cavalleria es uno de los rincones más explorados y sorprendentes por la cantidad de tesoros reunidos en tan poco espacio. ¿Qué tiene de especial el Cabo de Cavalleria? Te explicamos los regalos que nos va ofreciendo Menorca de camino hacia el norte.

 

Primer tesoro: camino de Tramuntana. Para llegar a la zona de Cavalleria hay que desviarse de la carretera general para tomar este camino hacia las costas del norte. Es un camino estrecho, cercado por paredes secas, prados, vacas y llocs (viviendas tradicionales menorquinas). Una carretera secundaria que recorre una de las zonas más áridas y despobladas de Menorca pero con una belleza muy especial.

 

Segundo tesoro: lloc de Cavalleria. En la zona de Cavalleria hay varias granjas o llocs. La finca de Sa Cavalleria es uno de los llocs de la zona, y su acceso queda a mano derecha tras coger el último desvío hacia el norte. En ella, como en muchas otras fincas de la isla, se produce y se vende queso Denominación de Origen Mahón-Menorca. El lloc de Cavalleria se reconoce por una torre cuadrada que está adherida a la casa principal, y tiene su historia: así como alrededor de la isla encontramos diferentes torres de vigilancia, esta es una torre de defensa. Si nos fijamos en muchas de las casas de campo menorquinas, podemos encontrar una torre de defensa adherida como la de Cavalleria. Estas torres se construyeron exclusivamente con una misión: la protección ante los constantes ataques piratas que sufrieron los habitantes de Menorca a lo largo de su historia. Cuenta la leyenda que, en esta torre en particular, cuando se interceptaban naves de corsarios acercándose a la isla, toda la familia subía a la torre en busca de protección. La madona, que es como se le llama a la matriarca de la familia, defendía a los suyos machete en mano, y no dudaba en usarlo cuando los piratas intentaban acceder a lo alto de la torre. ¿Historia o leyenda?

 

Tercer tesoro: playa de Cavalleria, una de las playas referente de la costa norte. Generalmente se les llama calas a prácticamente todos los rincones de la costa menorquina a excepción de algunas playas. La diferencia es que las playas tienen mayor extensión de arena que las calas, y en consecuencia hay más gente. Lo cierto es que la playa de Cavalleria, a pesar de ser de las más grandes de la costa norte, no pierde atractivo. Sus rocas rojizas, una de las formaciones geológicas más antiguas de la isla, su paisaje y los atardeceres que se divisan desde esta ubicación, es todo un espectáculo.

 

Cuarto tesoro: faro de Cavalleria, el norte del norte. En Menorca hay cinco faros, más el faro del puerto de Ciutadella, y la baliza del puerto de Mahón. El de Cavalleria es el faro que se localiza en el punto más nórdico de la isla. Llegar al faro de Cavalleria es llegar al límite de la isla por el norte. Fue el primer faro que se construyó a este lado y el más antiguo que se conserva a fecha de hoy. Se construyó a mediados del siglo XIX debido a la cantidad de naufragios que se sucedían en este lado de la isla. Los temporales, el viento de tramuntana y el relieve del fondo marino, hacía muy difícil que las naves llegaran intactas a tierra firme, y fueron los responsables de hasta 700 naufragios. Además, es el faro de Cavalleria es el que está localizado a mayor altitud de la isla (concretamente 94 metros sobre el nivel del mar), sin embargo es el más pequeño en altura (mide 15 metros). Su forma característica y su color blanco intenso le dan un toque propio que lo diferencia del resto de faros de la isla y del mundo.

 

Estos son solo algunos de los ingredientes que componen las delicias del norte de Menorca. No te hemos contado que el viento huele a la manzanilla o camamil·la menorquina que crece salvaje de camino hacia el faro, o lo curioso de cruzarse con una familia de cabras que pasta y vive en el cabo, o el efecto de la luz del sol sobre el mar de la costa norte, ni el sorprendente paisaje lunar que forman las rocas más antiguas a este lado de la isla. Esto no puede contarse porque hay que sentirlo. 

Los guías de Menorca Discovery aprovechan este rincón con tanta magia para mostrarlo con el amor y la pasión que se merece en cada excursión. No es de extrañar que los viajeros caigan rendidos ante la belleza que guarda el Cabo de Cavalleria.